Seguramente has visto que con la llegada del otoño, las hojas de los árboles dejan su tradicional color verde y se tiñen con tonos amarillos, rojizos y anaranjados, al mismo tiempo que se secan y se caen, por lo que muy posiblemente en tu mente se dibuje una hoja con picos al pensar en esto.
Esta caída ocurre con una gran variedad de árboles de hoja caduca como el sauce, la acacia, el roble, el nogal, el álamo y el castaño; sin embargo, la imagen que se popularizó de las hojas de otoño es del arce, por su forma particular y los colores que obtiene mientras se seca.
El arce es un tipo de árbol del que se conocen alrededor de 160 especies, y son muy comunes en Europa, Asia y Norteamérica. Además, seguro te has fijado que una hoja de arce aparece de escudo en la bandera de Canadá. Los arces florecen a finales de invierno o principios de la primavera.
¿Queréis saber algo muy curioso?
Algunas especies se utilizan para la extracción de savia, que tras ser hervida, produce el jarabe de arce con el que se hacen caramelos.
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